Detectar un problema a tiempo puede evitar tener que reparar un daño grave posteriormente. Sin tener grandes conocimientos mecánicos, podemos percibir ciertos síntomas mientas conducimos nuestro auto, que nos darán la clave de que es necesario recurrir a un mecánico.
¿Cuáles son esos síntomas?
Dirección
- Un desvío de la dirección o una dificultad para mantener el vehículo en línea recta: puede estar ocasionado por algo tan rutinario como los neumáticos desinflados o algo tan serio como una avería del tren delantero o una desalineación frontal.
Marcha y manejo
- Capacidad de giro deficiente: desgaste de los amortiguadores u otros componentes de la suspensión.
- Vibración del vehículo: una llanta desbalanceada o balanceada incorrectamente puede desgastar prematuramente los componentes de la dirección y de la suspensión.
Frenos
Es necesario recurrir a una revisión en cualquiera de los siguientes casos:
- Si, cuando se aplica el freno, el vehículo se desvía hacia un lado.
- Si el pedal de freno se queda trabado contra el piso cuando se mantiene la presión sobre el pedal.
- Si se escucha un ruido de frotación o rechinamiento durante la frenada.
- Si se enciende la luz indicadora de “freno” en el panel de instrumentos.
Motor
Los siguientes síntomas indican un problema de motor:
- Problemas de arranque o encendido del motor.
- Se enciende la luz indicadora “verificar motor” en el panel de instrumentos.
- Se atasca bruscamente o se apaga.
- Aceleración pobre o insuficiente.
- Bajo rendimiento de combustible.
- Excesivo consumo de aceite.
- El motor continúa funcionando luego de retirar la llave de encendido.
Transmisión
Algunos de los síntomas más comunes de los problemas de transmisión son los siguientes:
- Engranajes abruptos o duros entre los cambios de marcha o velocidades.
- Demora o falta de respuesta cuando cambia de punto muerto a primera o a marcha atrás.
- Fallo en los cambios durante una aceleración normal.
- Aceleración en falso: el motor se acelera, pero el vehículo no responde.
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