Las pastillas de freno trabajan en conjunto con los discos de frenado, produciendo la fricción necesaria para ralentizar la rotación del disco y, de esa forma, facilitar el proceso de frenado del vehículo.
Son elementos fundamentales para tener una frenada adecuada. La repetida fricción contra los discos de freno produce su desgaste. Cuando las pastillas están en mal estado, la fuerza que aplican se reduce, provocando un aumento en la distancia de frenado.
¿Hay que cambiar las pastillas de freno?
Sí, por la seguridad del conductor y sus acompañantes. Cuando están desgastadas, la eficacia del frenado disminuye, poniendo en riesgo la integridad y la salud de quienes viajan en el vehículo.
Además, el cambio periódico de las pastillas de freno disminuye el desgaste de los discos de freno, prolongando su vida útil.
¿Cuándo hay que cambiarlas?
La mayoría de los fabricantes recomienda cambiar las pastillas de freno cada 15.000 kilómetros. Pero, aunque la distancia recorrida sea menor, si notaste que las ruedas hacen un ruido extraño cuando detenés el vehículo o que la distancia de frenado aumentó, seguramente sea la hora de reemplazarlas.
Otra forma para saber si es necesario cambiar las pastillas de freno traseras y/o delanteras es someter al vehículo a revisiones periódicas.
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