El conjunto del embrague es una pieza clave para transmitir la potencia del motor de nuestro coche a las ruedas. Para comprobar si nuestro embrague está desgastado, hay varios síntomas que nos indican que llegó la hora de sustituirlo:
El embrague patina
Cuando un embrague empieza a fallar por desgaste, patina sobre el volante del motor. Para comprobar que efectivamente es éste el problema, basta con circular en marcha una marcha larga (bajo de revoluciones) y acelerar fuerte. Si vemos que las revoluciones del motor suben, pero la velocidad no aumenta en consonancia es que el embrague patina.
Olor a quemado
Este olor aparece cuando el embrague patina demasiado sobre la superficie del volante motor. Así que aparecerá por ejemplo cuando intentemos iniciar la marcha con el embrague gastado y éste resbale en exceso para mover el coche.
El pedal de embrague está duro
Si al pisar el pedal de embrague notas que está más duro que de costumbre, es un claro indicador de un desgaste excesivo del disco. Si el pedal de embrague tiene poco recorrido es también un indicador de un posible desgaste del disco.
Ruidos en el sistema:
Generalmente los ruidos en el embrague (Por ejemplo, al accionarlo en punto muerto) pueden representar la existencia de fallos en el sistema.
¿Qué ocurre cuando se rompe el embrague?
Al tratarse de un elemento de desgaste, cuando el embrague llega al fin de su vida útil deja de funcionar. Ahora bien, para poder cumplir con su función, roza con otras piezas. Si se sigue intentando usar cuando está desgastado, puede dañarlas también. Por lo cual se recomienda tener bien presentes estos síntomas.
En Servifren contamos con un amplio stock de embragues al mejor precio y, por supuesto, la calidad que nos distingue desde siempre.