La junta homocinética es la encargada de permitir que se transmita perfectamente la fuerza de giro a las ruedas sin que ninguna pieza resulte dañada.
El movimiento del motor se transmite a las ruedas por medio de los denominados “semiejes”. Sin embargo, este sistema no puede ser rígido, ya que la rueda está en constante movimiento por la libertad que le permite la suspensión. De esta manera, es capaz de absorber las imperfecciones del camino.
Sin las juntas homocinéticas, las ruedas estarían giradas por un eje rígido soldado a un buje. El único movimiento que podría hacer es el de giro, sin subir ni bajar con la suspensión, ni cambiar de dirección en el caso de las ruedas delanteras. El resultado sería un vehículo que solo podría moverse longitudinalmente, con nulas adaptaciones al terreno.
La importancia de la lubricación y el fuelle:
Al tener tanta pieza móvil, la junta homocinética tiene que estar engrasada en todo momento para evitar la fricción y el posterior desgaste. Por eso, está protegida por medio de un fuelle, que no es más que un recubrimiento de goma, en cuyo interior se encuentra la grasa.
Mantener este sistema engrasado no solo es importante para evitar el desgaste. Si no estuviese bien lubricado, el giro se produciría con unas pérdidas de energía excesivas. Con lo que el gasto de combustible del coche sería mucho mayor de lo necesario.
Averías en las juntas homocinéticas:
En caso de rotura del fuelle de la transmisión, se perderá toda la grasa que mantiene lubricada la junta homocinética. Si ello sucede, es necesario sustituir el fuelle con su correspondiente grasa lo antes posible. Es importante mantener el fuelle en buen estado ya que, de lo contrario, se dañará la junta homocinética y deberá ser sustituida por una nueva.
Para detectar pronto la rotura del fuelle hay que fijarse si aparecen manchas de grasa debajo del auto, junto a la rueda. También es habitual encontrarlas en la llanta.
Si por alguna razón no se ha detectado lo anterior a tiempo, y ya no hay grasa que permita detectar el problema de forma precoz, lo más habitual es que se oiga un ruido característico causado por el rozamiento de las piezas de la junta homocinética sin el correspondiente lubricante. Al empezar a mover el coche se oye un “clac clac” que aumenta de ritmo con la velocidad del auto. En este caso, es necesario detener la marcha de inmediato y solicitar auxilio.