1) Lavado: La limpieza periódica del exterior del auto es un aspecto decisivo para proteger la pintura. Si bien es cierto que los lavados sucesivos van desgastando la pintura a lo largo de los años, resultan más nocivas las partículas de suciedad acumuladas. Se suele recomendar realizar un lavado exhaustivo al menos una vez al mes. Cuanto mayor sea la frecuencia, más fácil y rápido será realizarlo. Lo óptimo sería lavar el auto una vez por semana. Es importante asegurarse de que en el agua no haya partículas que puedan rayar el automóvil, así como utilizar esponjas y/o microfibras no abrasivas. Además de los paños suaves, se debe emplear shampoo especializado para autos, ya que, los jabones, detergentes o líquidos hogareños pueden contener químicos muy perjudiciales.
2) Intemperie y naturaleza: La exposición continua a la radiación solar provoca la degradación de la pintura. Este efecto es especialmente notable en vehículos de colores sólidos y vivos, que se apagan con el pasar de los años. Por eso, siempre que sea posible, es recomendable utilizar cocheras techadas. Los árboles pueden proveer resguardo de la luz solar, pero no se pueden generalizar como una solución: hay muchas especies cuyas flores u hojas contienen resinas perjudiciales para la laca, sobre todo si uno se demora en quitarlas y realizar un lavado. Otra desventaja de los árboles son los pájaros con sus excrementos. Este no es sólo un problema estético, sino algo más grave, porque la química de éstos últimos, suele ser agresiva. Para evitar daños, es necesario interrumpir el ciclo de penetración de los componentes de las heces y para ello, estos deshechos se deben remover inmediatamente.
3) Elementos extraños: En el caso que el auto sea salpicado por solventes (kerosene, nafta) u otras sustancias presentes en el camino (alquitrán del asfalto, por ejemplo), se deberá lavar rápidamente el área afectada. La exposición al calor y la lluvia pueden acelerar el proceso de daño, por lo que jamás es una buena idea dejar que el clima se encargue de limpiar elementos inesperados. Un cuidado similar se debe tener con el agua marina o el salitre que se esparce en el aire en zonas de playa.
4) Reparar sin demoras: La mayoría de los rayones que va acumulando la pintura no representan un problema. Pero cuando se presenta una o grieta que traspasa la pintura y muestra la capa base (de otro color) o, directamente, el metal desnudo, la situación debe atenderse. Lo que ocurre es que la parte expuesta se oxidará rápidamente y la herrumbre hará que, de manera progresiva, se vayan perjudicando partes aledañas de la pintura. Entonces, acudir a un buen servicio de chapa y pintura es lo que se recomienda en estos casos.
5) Cuidados adicionales: Además del lavado, existen tareas de mantenimiento que pueden hacer que nuestro auto luzca mejor y por mucho más tiempo. En primer lugar, como paso posterior a la limpieza, se recomienda encerar la carrocería entre dos y cuatro veces al año. La cera forma una capa muy fina que protege contra el clima y evita que el polvo se adhiera fácilmente a la pintura. El pulido de la pintura elimina los rayones superficiales de la pintura y recupera el color y brillo original del vehículo. Se hace con una frecuencia de entre uno y tres años, dado que es un procedimiento que también implica desgaste. Al ser una tarea más trabajosa y que requiere herramientas especiales, se hace en los tradicionales talleres pintura o en los de “detailing”, especializados en acabado externo. Como paso posterior al pulido, y para preservar el aspecto renovado de la pintura mucho más tiempo, es recomendable aplicar un tratamiento de protección cerámica o acrílica. De esta manera se crea una capa resistente, además de repelente al agua y el polvo, sobre el exterior del vehículo. En este apartado, la protección puede durar entre uno y tres años, según el tipo de productos que se utilicen. Una última opción, es la aplicación de films transparentes sobre partes de la pintura que pueden estar expuestas al impacto de piedritas e insectos en la ruta. Este plastificado se coloca, usualmente, sobre paragolpes y el capot.